
En un momento donde colectivamente recapacitamos sobre la importancia de la producción industrial nacional y falta de actuaciones efectivas que han llevado a su disminución progresiva durante las últimas dos décadas, cabría hacer mención del sector energético como parte de dicha industria, su importancia y el camino que hemos de recorrer para fomentar su componente autóctono o, dicho de otra forma, recudir la dependencia energética, esto es, disminuir la cantidad de energía primaria que importamos para abastecernos en forma de calor, electricidad o transporte.
En el Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables en España desarrollado por la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) se ponía de manifiesto, una vez más, la altísima dependencia energética de los combustibles fósiles. Esta dependencia tuvo su punto álgido en 2008, cuando llegó a alcanzar el 81,3%. Gracias a la generación con energías renovables, la dependencia disminuyó progresivamente hasta los años 2012-13, situándose en un 70,2%. La posterior situación normativa que afectó a la integración de más energía renovable hizo que esta dependencia se mantuviera en los siguientes años (hasta 2016) entorno al 73%. Si bien en 2016 esta dependencia se redujo, de nuevo en 2017 volvimos a valores anteriores a 2012. En la actualidad seguimos manteniendo una dependencia similar.

La reducción de esta dependencia energética crea riqueza nacional como consecuencia, entre otros, del aumento del consumo interno y el componente de empleo creado. La reactivación del sector renovable a partir de 2018 ya se ha notado en la creación de empleo, este experimentó un aumento del 3,3%. En ese año (2018) las energías renovables emplearon a 81.294 personas, siendo 50.107 los empleos directos y 31.186 los empleos inducidos. Por tecnologías, las energías que más empleos crearon fueron eólica y fotovoltaica, seguidas por biocarburantes. Por el contrario, biomasa y solar termoeléctrica experimentaron ligeros descensos en el número de trabajadores.
Las exportaciones volvieron a marcar un récord en la serie histórica con 4.739 millones de euros de exportaciones en bienes y servicios, arrojando un saldo neto exportador de 2.746 millones de euros. Este saldo neto exportador de las energías renovables contrasta con el déficit energético de nuestra balanza comercial que se situó en -25.132 millones. Comparado con el total del déficit nacional supone el 74%, por lo que resaltamos la necesidad de apostar por las energías renovables como solución a la pérdida de divisas que suponen las importaciones energéticas.
El plan de acción para reducir esta dependencia exterior se encauza a través del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC), mediante el cual se pretende pasar del 74% actual al 61% en 2030, lo que, aun siendo un nivel superior a la media europea, suppone un ambicioso cambo. Las medidas recogidas en el mismo repercutirá en la generación de entre 250.000 y 364.000 nuevos empleos, por otra parte, las inversiones en energías renovables serán el principal motor de generación de empleo: entre 102.000 y 182.000 nuevos puestos netos año, seguidas de las acciones vinculadas al ahorro y la eficiencia energética, especialmente la rehabilitación, que generarán entre 42.000 y 80.000 nuevos empleos año.
El factor de decisión para dar el paso hacia soluciones de autoconsumo fofovoltaico, vehículo eléctrico o consumo de energía de origen renovable normalmente suele pasar por un punto de vista medioambiental, mi contribución al cambio de modelo y la mejora del medioambiente, o económico, el ahorro que me pueden suponer estas opciones, no obstante en Arsus queremos que tengas presente que a través de nuestras tarifas #AUTOCONSUMO, #E-MOVILITY, #E-WORK y #ECOEMPRESA, ademas de lo anterior, contribuyes la economía nacional, autonómica y local con tu decisión.
