Continuando con nuestro post de la semana anterior Renovación energética de edificios en esta ocasión vamos a comentar con un poco más de profundidad algunos detalles a tener en cuenta y es que frecuentemente desconocemos la cantidad de energía que se desperdicia a diario, así como su fuente de procedencia, y la cuestión es que las edificaciones suponen un elevado porcentaje del total de energía diaria desperdiciada, y es sin duda como comentábamos uno de los factores en los que podemos implementar medidas y soluciones. En este artículo vamos a hablar de la eficiencia energética en edificios. También vamos a proponer las claves para optimizar este concepto.
Cuando hablamos de eficiencia energética nos referimos a la práctica cuyo principal fin es el de reducir el consumo de energía. Se trata de optimizar su empleo para que, de esta forma, consigamos producir más utilizando para ello este recurso en la menor medida posible, es decir, usar menos y mejor, ya comentábamos que es uno de los puntos clave del Pacto Verde Europeo sobre el que ya hicimos algunos comentarios en un post anterior (Green Deal).
Dentro de este marco del Green Deal y la reducción del consumo y centrándonos en las medidas aplicables a edificios comentaríamos los siguientes principios básicos para la mejora de la eficiencia energética de los edificios son: reducir la demanda energética, aumentar la eficiencia energética de las instalaciones y aumentar el uso de las energías renovables disponibles. Construir y rehabilitar edificios de manera que funcionen de forma autónoma, reduciendo su dependencia energética, es posible mediante la aplicación de medidas efectivas y una adecuada legislación que lo permita, y sin duda es algo que está en las agendas gubernamentales dentro de los objetivos tanto del Green Deal como de los objetivos de desarrollo sostenible europeos para 2030.
Podemos simplificarlo a tres puntos clave principales:
1. Reducir la demanda energética
La reducción de la demanda energética, en el interior del edificio es una estrategia pasiva directamente relacionada con su envolvente térmica. Consiste en la aplicación de una serie de medidas que afectan a fachadas, huecos -vidrios y marcos-, particiones, suelos y cubiertas. Su objetivo es reducir el consumo energético garantizando la temperatura interior de confort durante todas las estaciones del año. Por otro lado, el control de la demanda también tiene que ver con el control de la ventilación de los espacios interiores para garantizar la calidad del mismo.
2. Utilizar instalaciones con la máxima eficiencia energética.
Mientras que reducir la demanda es una estrategia pasiva, usar instalaciones de alta eficiencia energética es una estrategia activa. Una vez reducida la demanda energética en los edificios, el paso siguiente consiste en el uso de instalaciones con la mayor eficiencia energética posible. Es decir, que si se utiliza energía para satisfacer la demanda a través de medios mecánicos, que sea con el mayor rendimiento posible.
3. Satisfacer la demanda con energías renovables
Si en la primera estrategia se consigue reducir la necesidad de consumo de energía mediante la aplicación de estrategias pasivas; y en la segunda, que si se consume energía, que sea de la manera más eficiente posible. En la tercera estrategia, se pretende que la energía utilizada para satisfacer la ya reducida demanda provenga del aprovechamiento de fuentes de energía renovable. No olvidemos, que el aprovechamiento de fuentes de energía renovable reduce la dependencia energética en los edificios. Además, el uso de este tipo de energía reduce el impacto negativo en el medio ambiente en comparación al uso de combustibles fósiles.
Claves para conseguir una buena eficiencia energética
La eficiencia no solamente depende de nuestra actitud como consumidores, sino también de algunas prácticas relacionadas con la construcción de los propios edificios, que en muchos casos y debido a su antigüedad deberán ser rehabilitados.
En este sentido, a continuación, vamos a exponer algunas de las claves que contribuirán a lograr una buena eficiencia energética: aislamiento, puentes térmicos, ventilación y hermeticidad.
Aislamiento
Mejorar este aislamiento térmico al que nos referimos es sencillo y para ello, es necesario llevar a cabo lo que se conoce como una rehabilitación energética. Eficiencia energética en edificios y viviendas nos referimos a su capacidad para aislar el ambiente interior del exterior. Atendiendo a la localización, a la orientación geográfica o a los materiales de construcción de los edificios su eficiencia es muy variable. Se puede efectuar en diferentes partes como suelos y techos, fachadas, cubiertas, instalaciones y tuberías y tabiques interiores. Con ello, conseguimos reforzar la envolvente, si bien debemos considerar otros elementos como cerramientos y ventanas.
Puentes térmicos
Hablamos de zonas de la envolvente de un edificio (puntuales o lineales) en las que se produce una variación de la resistencia térmica, donde se rompe la superficie aislante. En ellas se transmite más fácilmente el calor, lo que se traduce en pérdidas que influyen negativamente en el aislamiento y, por tanto, en la eficiencia energética del mismo.
Ventilación
El sistema de ventilación juega un papel determinante en la reducción del consumo energético. Es recomendable que el que instalemos aporte un caudal de aire exterior suficiente y, al mismo tiempo, que garantice la extracción y expulsión del aire viciado por los contaminantes, así como el control de la humedad interior.
Hermeticidad
La hermeticidad resume su función como la piel de un edificio y debe controlar la estanqueidad, evitando así, el paso incontrolado del aire y el viento.
Y la siguiente cuestión es ¿Cómo se mide la eficiencia energética de un edificio? Pues para medir esa eficiencia que deseamos tener en nuestros edificios debemos calcular la energía que consume anualmente en condiciones normales de uso y ocupación, teniendo en cuenta todos los servicios utilizados de manera habitual con el objetivo de cubrir las necesidades de sus habitantes y mantener las condiciones de confort, tanto a nivel térmico como de iluminación, así como la calidad del aire interior.
Esos datos nos facilitan unos valores finales de consumo, que se miden en kilovatios hora por metro cuadrado, y de emisiones de CO₂, que se miden en kilogramos por metro cuadrado. Valores finales que se corresponden con una letra dentro de la escala de eficiencia energética, en la que la A es la mejor calificación posible en términos de eficiencia y la G, la peor.
Y de aquí viene el Certificado de eficiencia energética de viviendas y edificios, La clasificación energética de un edificio ha de llevarla a cabo un técnico competente, capacitado para redactar este documento oficial en el que se incluye la información objetiva sobre las características energéticas de los inmuebles. La etiqueta energética asigna una calificación comprendida entre la A y la G prestando atención a los valores finales de consumo obtenidos. Se trata de un certificado obligatorio, salvo excepciones, para propietarios de inmuebles sujetos a operaciones de compraventa o alquiler.
Visto lo anterior ¿Qué podemos hacer para ahorrar en nuestra factura energética?
Pues reducir las pérdidas de energía, usar adecuadamente la energía que necesitemos utilizar y generarla de manera eficiente.
Para reducir las pérdidas de energía es conveniente prestar atención como comentábamos a la rehabilitación energética de nuestro edificio o domicilio, ya sabéis, aislamiento, puentes térmicos y ventilación.
En cuanto a utilizarla de manera eficiente basta con algunas pequeñas modificaciones en nuestros hábitos de consumo, como comentábamos en post anteriores, la correcta selección de electrodomésticos, la adecuada utilización de la iluminación y acciones sencillas como seleccionar la potencia y tarifas adecuadas, sobre este punto si tienes dudas puedes utilizar nuestra calculadora o solicitarnos directamente el estudio de la optimización de tu factura.
Sobre el apartado de la generación eficiente, Generar energía de forma eficiente implica que nos sirvamos, en la medida de lo posible, de las energías renovables, conocidas también como energías alternativas. Para facilitar a la eficiencia energética en edificios, viviendas y edificios públicos debemos concienciarnos y asegurarnos de que su producción reduce, en la medida de lo posible, las emisiones de CO₂ y contribuye a proteger el medio ambiente.
Desde Arsus y el grupo de empresa al que pertenecemos, apoyamos la generación de energías limpias y sostenibles como la solar, y hacemos todo lo posible por suministrarla a tu domicilio o negocio al mejor precio posible.
Si tienes dudas acerca de cómo optimizar tu factura eléctrica no dejes de consultarnos, en Arsus nos gusta la energía positiva, queremos ser tu energía.